La curvatura de lo real

Descubre la belleza de las palabras:



La curvatura de lo real

Entras solo, te das cuenta cuando llevas bastante caminado, entre delirios y la burlona fantasía.

Esa que transforma todo tu ambiente, en un ciclo malévolo traicionero y lascivo.

Tienes la convicción de que hay que escapar, pero lo intentas y de nuevo te vuelve a atrapar.

Eres un peón en la partida de la paranoia, donde el rey y la reina se mueven en los únicos movimientos de tu irrealidad correosa.

Atraviesas los campos de Rosales, y te vas cortando con las espinas que sobresalen.

Notando el viento de la tormenta en tu cara, se cortan tus mejillas con los silencios de la nada.

El miedo te hace caer de rodillas, sangran las rozaduras en el suelo y te mareas de tanto sentimiento.

Eres una peonza rodando con el movimiento de lo que tu mente ha creado.

Estás brillando como el sol, porque arde tu corazón y se lástima tú ilusión.

Te das cuenta en breves momentos, que estás entrando de nuevo en lo incierto.

Giras la cara, para no ver de frente a esa máscara malvada del delirio malévolo, que te sumerge en la desgracia.

Pero sabes en el fondo de tu realidad, que eres el único que puede escapar y cambiar, esa manera de percibir de sentir y de seguir en la vorágine de tu totalidad mental.

Descubres cuando llevas tiempo de tener esa sensibilidad tan adentro, que lo único que puedes hacer para que no se haga contigo, se haga tu dueño, el real imperfecto pensamiento.

Es evitar los nervios de la tormenta, y esquivar los truenos y rayos de paranoias mentales, esos desarraigos bestiales.

Sabes que aunque camines mil pasos, llevas dentro de ti la vorágine del desahucio de tu entendimiento.

Porque aunque no pienses apenas en ello, eres consciente de que puede volver a sumergirte en el desfiladero, entre aguas de delirios.

Si quieres y estás preparado, coge tu maleta con todo lo que has guardado, emprende el viaje hacia la realidad y no la dejes de amar jamás.

Yo estaré ahí, con la vivencia tan parecida a tu camino, qué puedo saber lo que sientes y lo que has vivido.

Porque soy tu semejante en la experiencia, de pasar de lo real a la incerteza.

Suelta esa cuerda que agarras con tanta fuerza, esa que te hace entrar en la oscuridad del bucle, de una vida rastrera.

Porque es capaz de arrastrar tus sentimientos, emociones y percepciones.
Y hundirlas en el fondo de las decepciones.

Hoy puedo decirte:  que no des un paso atrás, que  camines firme y sin complejos.

Yo he aprendido:  que si con la decisión le hago frente al lamento, y no soy dependiente del delirio, vuelvo de nuevo al camino.

Una vida que fue hecha fragmentos de lloros pasajeros, de ese tren perverso.

podré seguir el viaje con la maleta llena de sabiduría y coraje.

Esta vez te digo, te explico: que yo he aprendido a no soltar la realidad y poder esquivar a ese que va conmigo, un tal delirio.

Y si yo lo he conseguido, tú también puedes amigo.

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