Corriendo

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Corriendo

Me duele la sangre. La noto cómo recorre mi cuerpo de punta a punta.

Voy deprisa me siento veloz, estoy huyendo no sé de qué, pero de algo que me causa mucho miedo.

Tengo temor en mis adentros.

Estoy sudando es un sudor frío, que vuelve mi cara cristalina como el hielo.

Soy consciente de la realidad que me sumerge en esa desdicha que siento en mi mente, a la vez tengo sueño, no sé qué ocurre pero el nervio también está presente, es un combinado de sensaciones tan diferentes, que creo que estoy ausente.

No me he equivocado, despierto en la cama empapado, cojo de la mesilla de noche mi vaso bebo agua y suelto un suspiro ya estoy desahogado. Creo que este sueño o pesadilla no sé cómo llamarlo, ha hecho en mí, ha logrado, que ahora esté más calmado.

Porque hoy en día en mis días, en la vida que estoy librando como una batalla sin ningún miramiento ni medida, es un dolor que llevo dentro.

Quiero que pase y por eso en las noches yo soy veloz como el viento, y me siento liberado cuando despierto y vuelvo a tener aliento.

Vuelvo a ser yo, pero soy consciente de que no ha terminado, ese huracán dónde estoy anclado.