Amigo árbol

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Amigo árbol

Él quería ser su amigo especial, quería amarlo y ser su primera imagen en las mañanas.
Él tenía miedo por si lo despreciaba. A un árbol iba cada mañana, lo abrazaba y casi llorando le contaba : que lo amaba, como el rocío a la hierba temprana.
Aquel árbol era su mejor aliado y un paño de lágrimas, en el sufrimiento diario. Le contaba que tenía temor a que los demás lo rechazarán y sintieran rencor hacia su amor.
El no podía comprender, porque las personas no entendían su amor por aquel hombre sincero.
¡No es vicio! Como decían por ahí.
Él quería pasar toda su vida junto a él, y ser su abrigo en diciembre y la frescura de julio en su cuerpo desnudo. Seguía cada día al alba abrazando aquel árbol. Y uno de esos día fue a visitarlo, pero lo encontró medio seco y grisáceo.
Él se quedó deshecho, casi sin aliento mirando a su amigo de madera.
Se puso muy triste e hizo todo lo que estaba en su mano para ayudarlo. Lo que podía hacer por su amigo amado.
¡Lo consiguió! El árbol de ramas fuertes y vigorosas renació una tarde de verano.

Se decidió y se armó de valor, y se citó con aquel amor debajo de su querido árbol.
Cuándo al fin se encontraron sus miradas fueron un grito desahogado.
Y se fundió el amor en un abrazo bajo aquel árbol amado.

Tiempo después, él fue como siempre a visitar a su confidente y aliado. Vio que le había crecido una rama nueva, color arcoiris y de gran belleza.
Así se dio cuenta que el árbol lo amaba, y siempre le deseo que lograra estar por fin junto a su alma deseada y soñada.

Meses después celebró su boda bajo aquellas ramas, que tanto mimo y abrazó con calma.
Se dieron el sí, y hoy siguen visitando juntos al símbolo de su unión.
Un árbol sincero lleno de amor, puro y sin condición.

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