Mi propia guerra .

La lucha continúa siempre. 

Mi propia guerra.




 Se desliza por mi recuerdo un pensamiento de aquel pasado, en el que jugaba a ser un soldado, lleno de inexperiencia, dónde empecé a batirme en duelo con mi imaginación, pase de aprendiz de Guerrero, a ser un inocente perdido en delirios.
Aquel aprendizaje de carros de combate, cetmes y asaltos ficticios, en maniobras inventadas, a ser el discípulo de una calle oscura, de tantos kilómetros que pensaba caminando, que nunca se acabaría, y la oscuridad cada vez se hacía más profunda dentro de mi alma.
 Al final conseguí armarme de valor y encendí la luz que llevaba dentro, que permanecía apagada y comencé a brillar, saque fuerzas, luche tanto, nadie puede imaginar el sufrimiento y el ahogo que sentía.
Después de encierros, que me anularan cómo ser, que atarán mi voluntad y qué maltrataron toda mi libertad, puedo decir que sobreviví.
 Y está luz que resurgió muy dentro de mí. Es ahora el camino que me lleva, al destino verdadero.




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